REFLEXIÓN PERSONAL Y PROFESIONAL
SOBRE MI LABOR DOCENTE
En el
trascurso de mi carrera como docente frente a grupo, son muy pocas las veces en
las que he reflexionado sobre lo que espero lograr y lo que he hecho para
llegar a donde estoy, el cómo he resuelto las situaciones que se me han
presentado; para lo cual cabe detenerme a pensar y aprender del pasado para que
en el presente como en el futuro tome decisiones más asertivas en ambas
facetas.
Puedo
decir que en un principio no estaba seguro si estaba hecho para ser un docente,
pienso que carecía de las habilidades para perfilar en el puesto, sin embargo
me he esforzado y he llegado a mejorar hasta el punto que no me reconozco,
aunque aún me falta creo que nunca voy a llegar a cumplir las expectativas que
tengo de mi, pero puedo estar satisfecho con lo que realizo y para esto requiero
estar cada vez más capacitad y mejor preparado para poder enfrentar los
obstáculos que conlleva el trabajar con personas en las que tengo mucha
influencia positiva o negativa va a depender de mi.
Entre
lo que fui en un pasado y he ido superando poco a poco es la inseguridad, la
timidez y sobre todo el depender de los demás, este camino me ha hecho madurar
y enfrentar retos que nunca creí, por ejemplo al estar frente a grupo me hizo
sentir nervioso al punto que las cosas no salían como quería, pero también al
convivir con esa tensión me ayudó a sacar a flote cosas buenas, he ir ganando
confianza en mí mismo, igualmente he trabajado lo social al relacionarme con
distintas personalidades desarrollando la empatía, la tolerancia, paciencia
entre otros aspectos, además de conseguir hacer las cosas yo mismo, abriéndome paso en la dirección correcta.
Mis áreas de
oportunidad están en el domino de contenidos, en la aplicación de estrategias
que abonen a arreglar cuestiones de enseñanza- aprendizaje en el aula, sobre
todo creo que me hace falta experiencia y agilidad para poder reflexionar la
toma de decisiones, ya sea anticipativa o en el tiempo inmediato para la
solución de un conflicto, esto conlleva el pensar sobre las alternativas, el
punto de vista desde diversas perspectivas, buscar el bienestar de todos, el
impacto, el tacto con el que debe actuar, etc.
“La reflexión anticipativa se
refiere a esos momentos en que tenemos que serenarnos y decidir cómo vamos a
tratar desde un punto de vista pedagógico las situaciones de desafío, difíciles
o liosas” (Manen, 1998).
Muchas
de nuestras acciones se ven determinadas e influenciadas por nuestras formas de
ser, los valores y los principios que nos fueron inculcados u adquiridos, es
por esto que considero que como docentes no nos basamos totalmente en los
principios pedagógicos que nos fueron enseñados durante la carrera para tratar
de la mejor manera con los adolescentes, sería de gran ayuda ser consciente de
cuando esto sucede para no dejarnos llevar y situarnos desde una visión
profesional y con tacto. “El tacto es la comprensión
pedagógica de prestar atención a los jóvenes, a través de lo que notamos sobre
ellos, en la forma en que los escuchamos” (Manen, 1998).
En el
futuro espero acercarme más hacia un modelo de buen profesor el cual se
preocupe realmente por que el alumno adquiera aprendizajes significativos y de
utilidad para desenvolverse en su medio, fomentando valores e impulsando el
trabajo en equipo y la solidaridad con su comunidad. Por mi parte quisiera no
caer en la conformidad y en la comodidad con el paso del tiempo, sino estar
siempre apostando a la innovación de nuevas formas de enseñanza para las
generaciones entrantes y con la convicción que esta genera.
Por
último deseo agregar que una tarea importante que debemos tener en cuenta como
docentes y en lo personal es el de reflexionar conscientemente sobre nuestra
actuación en lo que efectuamos, que nos sirva para aprender de nuestros errores
para que cuando se vuelva presentar se afronte satisfactoriamente, ya sea
antes, después o durante de la acción.
Bibliografía:
Manen, Max van (1998). “La relación entre la
reflexión y la acción”, en El tacto en la
enseñanza. El significado de la
sensibilidad pedagógica, Elisa Sanz Aisa (trad.), Barcelona, Paidós
Educador (135), pp. 111-135
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